jueves, 30 de agosto de 2012

A Justo Mon

No esperaste la barricada Justo Mon
tu corazón de gigante se desangraba silencioso
no fue la batalla sino la tregua
la tregua que nunca es paz verdadera la que te fue llevando
y solo el mar te comprendía, 
pues solo el mar es sabiduría desde el comienzo del tiempo...

y tu tenías un pacto con el mar
así como yo lo tengo con las montañas andinas
tu corazón insumiso se detuvo porque sí
en forma gratuita e insolente
como cada una de tus vociferadas ocurrencias

Andarás blasfemando en otros espacios
pues lo tuyo era cosa seria y a un espíritu como el tuyo
no lo detiene algo tan  convencional y prostituido como la muerte

Te esperamos en el Bukowsky Club de Malasaña
a beber el wisky sagrado
cada miercoles del mundo
y si no estás por nimias  eventualidades como tu supuesta muerte médica
sigues estando que más da lo que digan ellos y los curas
y que más da lo que los razonables digan
que no les dimos jamás la razón...

Pues construiste blasfemia a blasfemia, ironía a ironía, sarcasmo a sarcasmo
un espacio propio y digno,
espacio que seguiremos habitando gracias a ti
y lo de tu muerte es coña,
pues solo mueren los imbéciles, los  saunáticos, los sotánicos,
los que no vivieron, los que no dejaron huella
los que no socavaron en gestos ni acción la puta cotidianeidad

Te declaramos eterno,
pues solo el hombre, solo el hombre dentro del hombre define el cosmos
te definimos eterno y que mas da
que se jodan los discordantes, los forenses, los franquistoides y sus secuaces
Puto charlatán adorable, académico de barra, cabezón de turno
que ante la afrenta de dejarnos nos rebelamos
te desairamos que más da si te estás riendo cabrón
y sigues desafiándonos desde el más allá
o desde nosotros mismos pues te llevamos dentro
aunque nuestros enemigos digan lo contrario

y te devuelvo el desafío nordaca
a que no te pasas por acá
un miércoles cualquiera

1 comentario:

morgaana dijo...

perdona este Justo Mon ¿quién era?
Es que asi se llamaba mi abuelo
saludos